Se trata del segundo piso completo de un estupendo chalet de madera, antiguo, pero muy bien restaurado, comodo y con unas vistas fantásticas, situado en la montaña, a medio camino entre Avoriaz y Morzine.
Tiene todo lo necesario para una estancia agradable: camas muy cómodas (ojo! para 8 personas, no 10 como dice el anuncio por error), cocina bien equipada, 2 inodoros separados de los 2 baños (con ducha y lavabo) y una calefacción realmente potente.
El salón-cocina es bastante grande y desde él se puede admirar la montaña nevada con sensación panorámica.
Las pistas de esquí están muy cerca y se puede salir esquiando desde la misma puerta del chalet hasta la pista Zore (aunque hay que contar con que haya suficiente nieve para recorrer unos 50 m fuera de pista)
Y que decir de Beatrice, la dueña, amabilísima!
Como último detalle destacable: un panadero puede dejarte buenas baguettes y croissants cada madrugada si se encargan por teléfono la tarde previa.
En resumen, una gran elección como alojamiento si uno prefiere el encanto de la montaña a estar en un núcleo urbano.