En mi primera estadía (Julio de 2011) atribuí algunos detalles a la época del año, pero en esta segunda oportunidad pude ver que parece que es una tendencia que va a más que menos. El olor a encierro y humedad es constante, tanto así que tuvimos que dormir con la ventana abierta. El baño no tiene ventana por lo que abundan los hongos en la ducha por humedad, un extractor que nunca funcionó, y la llave del lavamanos que goteaba todo el día. La alfombra no dan ganas de pisarla. Hay muchas muestras de humedad y falta de mantención como hongos, pintura revenida, fierros oxidados (en la piscina climatizada). La atención del personal es muy cordial. En resumen, va de bien a más que menos, su linda fachada no refleja el interior.